Disgrafía
A continuación te presentamos una serie de ejercicios para trabajar con los chicos con Disgrafía, los cuales le ayudarán a mejorar su condición.
1 Escribir un párrafo. Elige
cualquier tema y escribe al menos cinco oraciones acerca de eso. Si no tienes
creatividad, simplemente copia un pasaje de un libro o un periódico. El
objetivo es darte una idea de cómo se tu caligrafía habitualmente. Mientras más
escribas, más preciso será tu análisis.
2 Identificar las formas
básicas. ¿Tu escritura
está llena de lazos y curvas? ¿Básicamente tiene una apariencia de líneas
rectas y rígidas? ¿Tienes bordes duros o tus letras se mezclan?
3 Busca una inclinación. El ángulo en el que escribes tus letras puede
ser decisivo para tu escritura. ¿Es tu caligrafía es perpendicular a las líneas
debajo? ¿Cae hacia la izquierda o hacia la derecha de forma significativa? Una
leve inclinación típicamente no es ningún problema, pero demasiada puede
dificultar la lectura.
4 Revisar la alineación. ¿Tus palabras tienden a escribirse en un ángulo
hacia arriba o hacia abajo? ¿Se superponen con las líneas de la página? ¿Está
cada palabra angulada individualmente o tus líneas de texto completas se
desvían en la misma dirección desde la línea?
5 Mirar el espaciado. La distancia
entre las palabras y las letras ayuda a determinar la calidad de tu escritura.
Debe haber suficiente espacio entre cada palabra para que entre la letra «o».
Usar más o menos espacio que éste puede ser un indicador de mala caligrafía.
Presta atención también a la cercanía de cada letra individualmente. La
escritura estrecha o letras que son espaciadas demasiado distantes unas de
otras pueden ser difíciles de leer.
6 Poner atención al tamaño. Resulta
que el tamaño sí importa, al menos en la escritura. ¿Tu escritura llena por
completo el espacio entre dos líneas? ¿Puedes escribir todas tus palabras en
menos de la mitad del espacio entre líneas? Tomar una gran cantidad de espacio
o usar demasiado poco son dos cosas a evitar.
7 Analizar la calidad de línea. Mira las
líneas que componen tu escritura. ¿Están trazadas con fuerte presión o son
tenues y difíciles de leer? ¿Están trazadas rectas o hechas garabatos y
disparejas?
8 Determinar sus fallos. Considerando
todo lo mencionado anteriormente, ¿qué es lo que tu escritura necesita para
mejorar? Posibles cambios pueden hacerse a la forma de las letras, el espacio,
la alineación, el tamaño de la escritura, la calidad de línea y la inclinación
de las palabras. Cambiar uno o más de estos aspectos mejorará la legibilidad de
tu escritura en general.
9 Observar otros estilos de escritura.
Así que sabes que sus letras son demasiado grandes y tus formas demasiado
redondeadas. ¿Ahora qué? Ve a sitios web de tipos de letras y busca ejemplos de
escritura que te gusten. Haz una copia de cada estilo de escritura que te sea
factible imitar. No temas buscar ejemplos que puedan variar de forma significativa
de tu escritura, ya que puedes escoger algunos aspectos de diferentes
escrituras en lugar de adaptar completamente una nueva.
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