Infección urinaria o cistitis
Qué es
La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones.
En definitiva, infección de orina o del tracto urinario son expresiones que engloban diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un microorganismo o germen) y que afectan a cualquier parte del sistema urinario (riñón, uréteres, vejiga urinaria o uretra).
Las infecciones del tracto urinario (ITUs) más habituales son las producidas por bacterias, aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De muchas de ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino.
¿Quién puede padecer cistitis?
Cualquier anormalidad que provoque una obstrucción del flujo de orina (piedras en el riñón, estructuras anómalas, etcétera,) puede inducir a una infección urinaria.
- Una próstata dilatada puede frenar el flujo de orina, por lo que incrementa el riesgo de infección.
- Las personas sometidas a exámenes mediante tubos o catéteres o que necesitan sondas pueden desarrollar más fácilmente infecciones procedentes de dichos instrumentos.
- Los mayores se ven afectados por este tipo de infecciones con mayor frecuencia, así como las que sufren una disminución del sistema nervioso, que les impide controlar la vejiga a voluntad.
- Por otra parte, cualquier desorden que produzca una supresión en el sistema inmune incrementa el riesgo de sufrir una infección urinaria, ya que este sistema es el encargado de mantener a raya los microorganismos patógenos responsables de las infecciones.
- También se dan en bebés nacidos con alguna deformación del tracto urinario, que a menudo han de ser corregidos mediante cirugía.
¿Qué prevalencia tiene la infección de orina?
Tal y como señala Higinio Flores, miembro del Grupo de Patología Nefrourológica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), las infecciones del tracto urinario en general, y las que afectan a la parte inferior de la vía urinaria en particular (cistitis), son la segunda causa en importancia de las infecciones atendidas en Atención Primaria, después de las respiratorias.
"En una encuesta epidemiológica realizada en 2007 a más de 6.500 mujeres en España, casi una de cada cuatro había presentado al menos un episodio de cistitis en su vida; lo cual da idea de la alta prevalencia de este tipo de infección en la práctica clínica habitual del médico de Familia", añade Flores.
Causas
En verano pueden aumentar los casos de cistitis.
Existen diversos factores que inciden en la aparición de las infecciones urinarias y son variables en función de la edad y sexo:
- En mujeres jóvenes: las causas más comunes son la existencia de antecedentes de ITUs en la madre, el uso de espermicidas y tras mantener relaciones sexuales.
- En mujeres postmenopáusicas: son frencuentes en aquellas que tienen antecedentes de ITUs previas en la edad fértil.
- En varones jóvenes: las infecciones de orina son poco frecuentes y si aparecen, es en relación con la actividad sexual.
- En los hombres mayores de 50 años: a causa más frecuente es una infección bacteriana persistente en la próstata.
- En ambos sexos y mayores de 80 años: tiene un gran impacto que estén hospitalizado, institucionalizado o sean portadores de sondas permanentes de orina.
Por otro lado, Maite Jorge, responsable del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), indica que existen alteraciones del flujo urinario en situaciones como en el embarazo, en casos donde haya malformaciones del aparato urinario o si el paciente tiene ciertas enfermedades (diabetes, cánceres, enfermedades neurológicas, etc.) que predisponen o agravan las infecciones del tracto urinario.
En verano suelen aumentar los casos de cistitis debido a la sudoración y los baños en piscinas y playas porque favorecen la humedad de la zona genital, lo que facilita la proliferación de microorganismos.
Síntomas
El cuadro clínico de la cistitis puede variar en función de la zona en la que se presente la infección. Estos son los síntomas más comunes de la infección de orina:
- Necesidad urgente y frecuente de orinar.
- Picazón o quemazón en la uretra al orinar.
- Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal (en las mujeres).
- Dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales.
- Color turbio, lechoso (espeso) o anormal de la orina.
- Aparición de sangre en la orina.
- Fiebre y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha alcanzado los riñones).
- Vómitos y náuseas.
- Dolor en el costado o espalda (indica infección en los riñones).
- A menudo, las mujeres sienten una ligera presión por encima del hueso púbico y muchos hombres sienten una dilatación del recto.
- Estar más irritable de lo normal.
Los síntomas infantiles, por su parte, pueden confundirse con otros trastornos; además, los pequeños se encuentran ante la dificultad de no saber expresar qué les pasa. No obstante, si un niño presenta una infección urinaria puede manifestar los siguientes indicios:
- Estar más irritable de lo habitual.
- No comer como lo hace normalmente.
- Tener fiebre sin motivo aparente que además no acaba de desaparecer.
- No poder aguantarse la orina.
- Sufrir alteraciones en su desarrollo
Prevención
Seguir una dieta equilibrada y llevar un estilo de vida saludable pueden ayudar a prevenir una infección urinaria; también es recomendable no retener la orina y beber agua de forma habitual, al menos dos litros diarios, ya que esto favorecerá la diuresis.
En el caso de las mujeres con menopausia, utilizar una crema de estrógenos es eficaz a la hora de reducir las posibilidades de contraer una cistitis.
Otros consejos específicos para reducir el riesgo de cistitis son:
- Orinar después de cada coito para eliminar posibles agentes infecciosos.
- Evitar la ducha vaginal como método para reducir la posibilidad de embarazo.
- Cambiarse el bañador después de cada baño y evitar el frío en la zona.
- Tener precaución con algunos preservativos, cremas espermicidas o el diafragma, ya que no son recomendables para personas propensas a padecer infecciones urinarias. En este caso, se aconseja acudir al especialista para adoptar un método anticonceptivo diferente.
- Utilizar cremas lubricantes durante las relaciones sexuales: La irritación vaginal postcoital es una causa muy frecuente de infección en la vejiga; el uso de lubricantes es una forma eficaz de evitar el roce y, por lo tanto, posibles infecciones.
- Llevar ropa con tejidos naturales. Las prendas ajustadas y fabricadas con fibras sintéticas contribuyen al desarrollo de cistitis de repetición. Por tanto, es mejor optar por materiales que permitan la transpiración como el algodón.
- Corregir el estreñimiento por la proximidad del colon con el aparato urogenital, lo que facilita la infección de orina por contigüidad.
- En mujeres embarazas, debe hacerse un cribado sistemático de infecciones de orina durante todo el embarazo. Las infecciones no tratadas pueden provocar partos prematuros y recién nacidos de bajo peso.
- Los enfermos crónicos polimedicados deben informar y comentar con su médico de familia los fármacos que toman, ya que alguno de ellos puede precipitar o agravar las infecciones de orina.
- En el caso de los bebés y niños, es importante cambiar los pañales de forma frecuente, así como instruir a los niños en los hábitos higiénicos que deben realizar después de haber orinado o defecado.
Tipos
Flores señala que pos su localización, las infecciones urinarias se clasifican en:
- Infecciones inferiores o de vías bajas (cistitis, uretritis y prostatitis).
- Superiores o de vías altas (pielonefritis agudas, nefritis bacteriana aguda, absceso intrarrenal y absceso perinéfrico).
Diagnóstico
Las pruebas y análisis que tendrán que realizarse al paciente con cistitis dependerán de la zona donde se presume que radica la infección y de los síntomas que éste padezca. Algunas de las pruebas más generales son las siguientes:
- Examen físico: el médico palpa la zona abdominal y pélvica del paciente para detectar los lugares con dolor o con enrojecimiento.
- Análisis de orina: con una muestra de orina del paciente se examina si ésta contiene algún agente infeccioso (germen nocivo).
- Cultivos de orina, líquido vaginal o líquido uretral: se siembra una gota de algunos de estos líquidos en una placa con nutrientes para bacterias y, después de transcurridas varias horas para que éstas crezcan, se determina qué tipo de bacteria es la causante de la infección y qué antibióticos pueden resultar efectivos (antibiograma).
- Citoscopia: consiste en introducir por la uretra un tubo provisto de lentes y luz para observar directamente el estado de la uretra y la vejiga urinaria.
- Ecografía abdominal: es un estudio indoloro del abdomen que se realiza mediante ultrasonidos que forman una imagen en un monitor.
- Urografía: es una radiografía del riñón, para la cual hay que inyectar previamente una sustancia que creará un contraste y el riñón podrá ser observado con facilidad.
Un sencillo análisis de orina determina la existencia de infección.
Tratamientos
El tratamiento para combatir las infecciones del aparato urinario incluye antibióticos, si están causadas por bacterias, o antivirales (como el aciclovir), si están causadas por virus.
Para administrar eficazmente uno y otro tipo de fármaco, el médico especialista tiene la posibilidad de realizar una prueba de sensibilidad o antibiograma, que le ayuda a elegir el más efectivo contra el tipo de microorganismo que está produciendo la infección. Los antibióticos más usados son el trimetoprim, la amoxicilina y la ampicilina. También una clase de fármacos llamados quinolonas se usan para tratar infecciones del tracto urinario, como son la ofloxacina, ciprofloxacina y trovafloxina.
Antes de iniciarse el tratamiento con antibióticos, el médico determina si el paciente padece algún trastorno que pueda agravar la infección, como una alteración de la actividad nerviosa, una diabetes o una disminución de las defensas del organismo que pueda reducir la capacidad de éste último de combatir la infección.
En pacientes que sufren infecciones por Chlamydia o Micoplasma se hace necesario un tratamiento más largo con tetraciclina o una combinación de trimetoprim y sulfametoxazol. Un análisis posterior ayuda a confirmar que el tracto urinario está libre de gérmenes. Los pacientes con infecciones de riñón graves tienen que ser hospitalizados hasta que puedan tomar fluidos y fármacos por su cuenta.
Los médicos opinan que beber grandes cantidades de agua ayuda a limpiar el tracto urinario de bacterias y que es mejor dejar de fumar (el tabaco es el principal causante del cáncer de vejiga) y de tomar café, alcohol y comidas con especias mientras la infección se mantenga.
Si la infección se debe a una obstrucción física de la orina (a una piedra, por ejemplo), puede ser necesaria la cirugía para eliminar aquello que produce la obstrucción o corregir una posible anomalía física como podrían ser una útero y una vejiga caídos.
La litotricia extracorpórea puede desintegrar la piedra mediante ondas de choque producidas mediante un aparato llamado litotritor. También puede eliminarse una piedra del riñón mediante la nefrolitotomía percutánea, que consiste en una pequeña incisión en la espalda para crear un túnel directo al riñón por donde se introduce un instrumento llamado nefroscopio, que sirve para localizar y extraer el cálculo.
Para aliviar los síntomas que producen las infecciones del tracto urinario (urgencia urinaria, dolor al orinar, espasmos, etcétera) se utilizan diferentes tipos de fármacos como la atropina y la fenazopiridina.
Otros datos
¿Qué diferencias hay entre las infecciones de orina en hombres y mujeres?
Higinio Flores, miembro del Grupo de Patología Nefrourológica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), señala que las infecciones urinarias son más frecuentes en la mujer; sin embargo, en los varones la mayoría de las infecciones urinarias se consideran complicadas.
"Volviendo al caso de la mujer, en el intervalo de edad comprendido entre los 15 y los 50 años, el principal factor favorecedor de infección urinaria es el coito, hasta el punto de poder afirmarse que el inicio de la actividad sexual multiplica el riesgo de padecer infección urinaria hasta en 3’5 veces".https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/ginecologicas/infeccion-urinaria.html
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