Cómo
mejorar las condiciones personales, familiares y sociales del niño con MUTISMO SELECTIVO
Mejorar la comunicación con el niño: escuchar
al niño y sobre todo hacer que se sienta comprendido, es fundamental en este
proceso. Ello supone escuchar sus problemas sin quitarles importancia, ni
criticar, comparar o decirle cómo debía haberse comportado. Simplemente estar
ahí apoyándole y dejándole expresar sus sentimientos
Transmitirle seguridad en sí mismo:
debemos confiar en que va a ser capaz de superar sus dificultades poco a poco y
así transmitírselo. Además hay que evitar sobreprotegerle y trabajar para que
adquiera más autonomía. Para ello hay que enseñarle a vestirse, comer solo,… y
permitirle que ayude en algunas tareas sencillas de casa asumiendo
responsabilidades. Por otro lado es fundamental dejar que tome sus propias
decisiones cuando esto sea posible.
Potenciar sus puntos fuertes:
mejoraremos su autoestima señalando y reforzando las cosas que hace bien, pero
sobre todo su esfuerzo por superarse aunque cometa errores. Al niño se le debe
transmitir que el error es una fuente y oportunidad de aprendizaje, así que no
debemos penalizarlo por cometer fallos.
Compartir juegos y ocio: es bueno
dedicar un tiempo a jugar y divertirse junto al niño. Si el niño es pequeño
puede ser interesante realizar con él juegos de simulación (jugar a las
tiendas, a los maestros, etc.)
Aumentar las posibilidades de
socialización con otros niños: es importante que el niño tenga oportunidades de
interaccionar con otros niños, por lo que no es adecuado que esté siempre
encerrado en casa. Participar en actividades en las que hay otros
niños, acudir al parque, ir a cumpleaños, serán momentos buenos para fomentar
su relación con otros niños.
Cómo estimular su habla
Evitar presionarle para que hable: no es
bueno forzar al niño a que hable si no quiere.
Tampoco debemos preguntarle
continuamente si ha hablado en el colegio o mostrar angustia, enfado o ansiedad
ante las reacciones del niño.
No amenazarle o castigarle si no habla o
interacciona con los demás.
No comparar al niño con sus compañeros,
hermanos u otras personas.
Intentar potenciar el habla del niño: no
dándole lo que quiere sin que ni siquiera lo haya pedido, esperar a que hable
sin darnos por enterados con sus respuestas no verbales .
Cuando no habla ante otras personas no
justificarle o ponerle una etiqueta (es tímido…). Es mejor dejarle una puerta
abierta al niño para que hable cuando se sienta preparado diciendo algo como:
«Cuando se sienta un poco mejor o coja confianza, seguro que le apetece jugar,
hablar o estar contigo,…»
Enseñarle formas correctas de iniciar y
mantener conversaciones: jugar con el niño reproduciendo situaciones que
impliquen un aprendizaje de cómo saludar, como pedir algo, como despedirse,…
Siempre reforzar y elogiar cualquier
acercamiento tanto verbal como no verbal a otros niños o adultos.
Potenciar las relaciones con otros niños
actuando los padres como mediadores. Por ejemplo uno de los padres puede
empezar a jugar con el niño, invitando a otro niño a participar en el juego y
mediar en esa relación, o invitar a casa a algún compañero y jugar con ellos al
parchís, las cartas u otros juegos en los que no sea muy necesario hablar. Y
poco a poco ir retirándose cuando el niño ya participe en los juegos sin
problemas.
Por último recordar que el apoyo de la
familia es fundamental para superar esta dificultad, pero también será
imprescindible buscar ayuda profesional y mantener una buena coordinación con
la escuela.
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