Sabemos que, para que un alumno con discapacidad visual —ya sea ceguera o baja visión— pueda desarrollarse en el plano educativo, resulta indispensable que adquiera un sistema de lectoescritura y, luego, que cuente con materiales de estudio en ese formato. A medida que los estudiantes con discapacidad visual crecen y avanzan en los niveles educativos, seguramente irán cambiando su soporte preferido de los materiales de estudio. Por lo tanto, antes de pensar cómo adaptar textos o actividades, tendremos que conocer la población o el usuario particular que lo utilizará y, de este modo, poder adoptar el soporte más idóneo para esa persona en esa circunstancia y momento dados. En un primer momento, en lo que respecta a la alfabetización, es recomendable optar por un soporte concreto que posibilite la manipulación y la construcción manual de la lectoescritura y que permita el desarrollo del proceso de codificación y de decodificación de la palabra escrita. Simultáneamente y de manera paulatina, incorporaremos el soporte en audio. Al principio, en textos breves, para que el alumno vaya ejercitando los mecanismos de atención que se ponen en juego al estudiar escuchando. También, a partir de los primeros niveles, incluiremos el soporte digital en algunos momentos. En estos casos, los docentes asumiremos el lugar de mediador entre la computadora y el alumno ya que los conocimientos instrumentales necesarios para operar la máquina tienen un proceso de construcción que demanda no solo tiempo, sino maduración del pensamiento formal del alumno.
alumno con disminución visual y un sistema de lectoescritura.
Sabemos que, para que un alumno con discapacidad visual —ya sea ceguera o baja visión— pueda desarrollarse en el plano educativo, resulta indispensable que adquiera un sistema de lectoescritura y, luego, que cuente con materiales de estudio en ese formato. A medida que los estudiantes con discapacidad visual crecen y avanzan en los niveles educativos, seguramente irán cambiando su soporte preferido de los materiales de estudio. Por lo tanto, antes de pensar cómo adaptar textos o actividades, tendremos que conocer la población o el usuario particular que lo utilizará y, de este modo, poder adoptar el soporte más idóneo para esa persona en esa circunstancia y momento dados. En un primer momento, en lo que respecta a la alfabetización, es recomendable optar por un soporte concreto que posibilite la manipulación y la construcción manual de la lectoescritura y que permita el desarrollo del proceso de codificación y de decodificación de la palabra escrita. Simultáneamente y de manera paulatina, incorporaremos el soporte en audio. Al principio, en textos breves, para que el alumno vaya ejercitando los mecanismos de atención que se ponen en juego al estudiar escuchando. También, a partir de los primeros niveles, incluiremos el soporte digital en algunos momentos. En estos casos, los docentes asumiremos el lugar de mediador entre la computadora y el alumno ya que los conocimientos instrumentales necesarios para operar la máquina tienen un proceso de construcción que demanda no solo tiempo, sino maduración del pensamiento formal del alumno.
0 Reviews :
Publicar un comentario