La música puede ayudar a los niños con Síndrome de Down a desarrollar y mejorar su atención. Una de las formas más divertidas de trabajarla es escuchando canciones. Los niños mientras la escuchan tienen que hacer diferentes ejercicios, como por ejemplo: dar palmas siguiendo el ritmo, dar saltos, mover las manos hacia arriba etc.
Lo ideal es poner diferentes estilos de música donde los ritmos sean diferentes para irlos intercalando. Este tipo de ejercicio también se puede realizar con instrumentos de percusión como el triángulo o el tambor. La idea sería la misma, que al ritmo de la música los toquen.
La distribución que yo siempre he utilizado para realizar esta actividad, es que los niños se coloquen en círculo, ya que así podrán moverse y seguir el ritmo de la música más cómodamente. Si alguno de ellos falla, quedará eliminado y ayudará a sus compañeros a realizar la actividad.
Material: Instrumentos musicales, en el caso de que se prefiera realizar la actividad de este modo.
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